Desclasificación Ovni:
Una partida de ajedrez cósmico
Una partida de ajedrez cósmico
por Lic. Pablo E. Álvarez
para ParadigmaOvni
En el presente escenario, que algunos considerarían el cumplimiento de un anhelo para los entusiastas del fenómeno ovni, presenciamos la irrupción de videos, testimonios y documentos en ámbitos insólitos, como las audiencias públicas en el Congreso de los Estados Unidos. Este acontecimiento ha superado las expectativas más optimistas de los estudiosos de este enigma, sumergiéndolos en un panorama donde la realidad se mezcla con la ficción. No obstante, tras el velo de este drama cósmico, nos encontramos ante una encrucijada donde se desarrolla una batalla de poderes, información clasificada, presupuestos ocultos y una intrincada red de intereses que plantea más interrogantes que respuestas.
La actual oleada de revelaciones vislumbra la posibilidad de una desclasificación completa de los conocimientos resguardados celosamente por los gobiernos en torno al fenómeno ovni. Sin embargo, la situación actual, objeto de nuestra atención en estas líneas, dista de ser el escenario ideal imaginado por muchos.
La desclasificación ovni se materializa como un complejo campo de batalla multidimensional, donde convergen aspectos de poder, información cifrada, presupuestos no transparentes, una carrera armamentista, envidias, egos, desarrollo inverso, intereses particulares e impuestos desviados hacia destinos aún por desentrañar. El llamado a la desclasificación, gestado en Estados Unidos, no surge meramente de la premisa ingenua de "queremos saber de qué se trata", sino que encuentra su génesis en las denuncias de ex agentes gubernamentales. Estos señalan al gobierno por destinar recursos no declarados a oficinas en penumbras, supuestamente orientadas al recupero de materiales con fines de desarrollo armamentístico, desviándose así del enfoque original de la investigación ovni.
La contienda actual presenta dos facciones claramente definidas. Por un lado, aquellos que abogan por mantener la información en las sombras, perpetuando un secretismo que ha subsistido durante 70 años con el fin de preservar el control sobre los presupuestos. Por otro lado, un grupo que abraza la desclasificación, con la aspiración de aplicar los conocimientos adquiridos para el beneficio de la humanidad a través de avances tecnológicos aplicables en medicina y medio ambiente.
No obstante, emerge un tercer grupo de actores que propone una desclasificación bajo términos controlados. Su argumento se basa en la premisa de que liberar el conocimiento y la tecnología sin restricciones podría otorgar ventajas a potencias consideradas como adversarias. Esta perspectiva aboga por compartir información, pero con prudencia, con el objetivo de evitar consecuencias indeseadas en el delicado equilibrio del poder global.
Desde la perspectiva de aquellos dedicados a la investigación, hubiese sido de preferencia una iniciativa de desclasificación más neutral, alejada de los intereses militares de las potencias, y focalizada en la aplicación de los beneficios obtenidos para mejorar la calidad de vida global. Sin embargo, la realidad actual nos presenta un escenario donde la lucha por la desclasificación se desenvuelve en medio de intereses monetarios y militares. Al fin y al cabo, siempre lo supimos, el vínculo ovni-militar siempre existió.
La información pertinente se concentra predominantemente en un solo país, Estados Unidos, mientras que otras potencias optan por el silencio. ¿Se trata de una estrategia calculada o, simplemente, carecen de información para compartir? A estas alturas, la segunda opción parece menos plausible.
Aquellos que abogan por mantener la oscuridad ostentan el poder de bloquear la aprobación de la Ley Schumer. Esta legislación busca forzar al gobierno estadounidense a divulgar información sobre los materiales recuperados de origen no humano y los avances tecnológicos que de estos se derivan. Sin embargo, la aprobación de esta ley conllevaría la exposición de oficinas y laboratorios secretos que operaron con presupuestos no declarados, desvelando así una red de corrupción dentro del mismo gobierno.
Los defensores de la ley persiguen el desmantelamiento de esta red de corrupción, la revelación de poderes ocultos y, en última instancia, la difusión de avances tecnológicos para un uso más generalizado, no circunscrito únicamente a la esfera militar.
El tiempo, en un plazo no superior estimo a tres años, arrojará luz sobre el desenlace de esta partida de ajedrez cósmico, donde cada movimiento de una pieza remite a acciones pasadas y futuras.
Nada puede ser analizado de manera independiente; todo se encuentra interconectado en esta red de información ovni que se despliega gradualmente en un escenario global.
La partida, si bien en sus inicios, plantea la intriga de no conocer con certeza quiénes son los jugadores con piezas blancas y en ventaja y quiénes con negras a la espera de un error del contrincante.
Lic. Pablo E. Álvarez