ARTÍCULO 1


Ovnis e investigación científica

El peligro de la sinergia entre creencia, efecto placebo y fake news.

Por Lic. Pablo Eduardo Álvarez

Diciembre 2022

 

Creencia

 

Creencia deriva de creer y esta tiene múltiples acepciones. Quizá la que mejor se adapte al fenómeno que investigamos sea: “dar por cierto una cosa que no está comprobada”, “confiar en algo intangible”, como ocurre con los dogmas religiosos. El concepto de creer está presente en la relación del individuo tanto con lo concreto como con lo intangible ya mencionado o lo que se imagina. La creencia puede ser de índole individual como grupal y se recurre a ella en un intento de establecer una relación con sí mismos y con los demás. No solo se cree en forma individual, sino también en forma grupal. Creer es parte de la naturaleza humana.

 

Es frecuente encontrar que la persona está convencida de poseer el conocimiento último acerca de un determinado ámbito de su realidad interna o externa y que esta idea le da sentido a su existencia y continuidad a su historia; sin embargo, al analizar más a fondo, se comprueba que ese supuesto conocimiento se basa en creencias idiosincrásicas que no tolera poner en duda ni contrastar con otras posibles explicaciones basadas en la experiencia. Lo que determina que cada cierto tiempo el individuo antepone ese tipo de ideas a la tarea de lograr el auto-conocimiento. De este modo, personas que se integran en forma activa a un grupo religioso, político o profesional recurren con frecuencia a su doctrina para explicar sus motivaciones, en diversas áreas de su vida personal.

 

Decía acerca de la creencia Sigmund Freud, entre 1895 y 1911, que esta era como una parte del ámbito de pensar, siendo equivalente a juzgar al mundo externo, es decir, al juicio de realidad; planteó que el Yo puede recurrir a satisfacer el deseo a través de pensamientos, sin producir un delirio ni una obra de arte; y postuló que cada vez que la persona piensa, también cree y, probablemente, cree lo que desea.

 

En 1935, ya definiendo a la creencia dentro del ámbito religioso, afirmó que las creencias religiosas son como una creación humana que “apacigua la angustia de los hombres frente a los peligros y los veleidosos azares de la vida”. Además, planteó que a través de este tesoro de creencias religiosas los seres humanos “satisfacen el humano apetito de saber”, el cual conceptualizó como el instinto epistemofílico, que es la necesidad de las personas de adquirir conocimiento.

 

Ronald Britton es un psiquiatra psicoanalista contemporáneo, británico, que ha desarrollado una fenomenología del creer, muy interesante. Britton establece que las personas creen en las ideas de modo similar al que se relacionan con los objetos; así, una creencia es una idea investida con características de objeto psíquico y creer es una forma de relación objetal. Creer le da fuerza de realidad a las producciones psíquicas, tal como la percepción le da fuerza de realidad a lo material; mientras la persona no crea en una idea, no le va a dar fuerza a esa idea. Este autor plantea que las creencias tienen consecuencias porque despiertan sentimientos, influyen en las percepciones y promueven conductas. (Atención con este punto, de vital importancia cuando observamos a algunos investigadores desviarse de la objetividad). Lo complejo es que las creencias pueden ser conscientes o inconscientes, es decir, la persona muchas veces no tiene conciencia de que una determinada creencia la está llevando a actuar de un modo determinado. (Otro punto a tener en cuenta en la ovnilogía). Britton define al creer del mismo modo en que lo hacen la filosofía y los diccionarios comunes: es dar algo por cierto, aunque la persona sepa que podría no serlo, a diferencia del conocimiento, que se refiere a aquello que está demostrado.

 

Es cierto que las creencias contribuyen al desarrollo tanto del individuo como de los grupos, pero también, pueden dificultar, deteriorar e incluso impedir el desarrollo del individuo o el grupo.

 

Tanto la religión como la ciencia han sido intolerantes en sus prácticas y modos de relacionarse hacia personas con otros modos de conocer y de aproximarse al mundo y al universo. Esto puede observarse históricamente desde antes de la modernidad. Durante la Edad Media, mientras la Iglesia era custodia del conocimiento en las primeras universidades, no se podía aspirar a conocer fuera de los límites de la religión y sus autoridades. Todo debía ser sustentado por la Biblia o Aristóteles, y algunos otros pocos filósofos que la iglesia aceptaba como autoridades del conocimiento. Un ejemplo de la intolerancia de la Iglesia al respecto se da en la historia de Galileo.

 

Efecto placebo

 

A medida que avanzan las investigaciones, los experimentos y los estudios, los científicos están llegando poco a poco a la conclusión que la línea que separa la mente del cuerpo es muy delgada y quizá, hasta se animan a asegurar algunos, esa separación no existe. La mayor parte de las sensaciones que experimenta nuestro organismo vienen precedidas por la mente. Es posible afirmar que, lo que la mente cree, el cuerpo lo experimenta.

 

En este punto, mucho se ha estudiado acerca de la función de la mente en la cura de enfermedades, hasta tal punto de que hay muchos convencidos de que todas las enfermedades parten de la mente, y que a través de ella se pueden curar. Por ello se han realizado diversos estudios acerca del efecto placebo en psicología, pero, ¿qué es el efecto placebo?

 

El efecto placebo se basa en la mejora o la desaparición de los síntomas de una enfermedad en un paciente llevando a cabo un tratamiento que no tiene propiedades curativas reales. Los pacientes llegan a experimentar una mejoría de los síntomas tomando una sustancia inocua, sin efectos que puedan relacionarse directamente con esa enfermedad, de modo que es la mente la encargada de convencer al organismo de esos efectos positivos (como si fuera un medicamento real) que son inexistentes. El paciente tiene la expectativa de curarse mediante una medicación concreta, lo que condiciona la respuesta de su organismo al tratamiento. A mayor expectativa de mejora, mayor resulta el efecto del placebo, siendo a su vez el condicionamiento cada vez mayor.

 

Existen claro, otros condicionamientos que aseguran el éxito del placebo y estos están relacionados con la percepción del paciente, como por ejemplo la medición de profesionalidad y competencia del médico o farmacéutico que administra el tratamiento. (Vayamos relacionando a modo de ejercicio mental el vínculo con la ovnilogía… por ejemplo traslade estos conceptos a situaciones donde el periodista divulgador sea el médico y el oyente o lector, el paciente)

 

Los estudios de 2007 y 2009 de Wager demostraron que, un paciente que tomó un placebo presentado como un analgésico, tuvo un aumento considerable de la secreción de opioides endógenos, que además resultaron más efectivos. Del mismo modo, se activaron vías neuronales que inhiben la transmisión del dolor por parte de la médula espinal, de modo que informan de un menor nivel de dolor.

 

La aplicación de una sustancia inocua estimula la corteza frontal, el núcleo accumbens, la sustancia gris y la amígdala. Todo este proceso ha sido demostrado en pacientes con enfermedades a largo plazo, que generan diversos niveles de dolor, como Parkinson, demencia o epilepsia, que han visto mejorar sus síntomas gracias al efecto placebo.

 

La sugestión es lo que hace que el efecto placebo sea real. Todavía se desconoce mucho acerca de este proceso, o cualquier otro que se base en una creencia y que tenga resultados tangibles. Es un fenómeno muy interesante como objeto de estudio, en el que el pensamiento llega a influir en procesos mentales básicos, hasta llegar a la modificación en el organismo.

 

Cuando se realizan los estudios tendientes a determinar la viabilidad de una droga en la industria de la medicina se suelen observar tres tipos de administración o estructura de grupos de estudios con placebo y drogas reales. El primero es el llamado simple ciego, donde el paciente es el único que desconoce que está tomando, si un medicamento real o un placebo. Este método tiene su principal inconveniente en que ciertos intereses, que podríamos llamar “no éticos” o no alineados con el objetivo del estudio, podrían estar presentes por parte del médico o administrador del placebo. El llamado doble ciego, tanto el paciente como el medico desconocen que está tomando el primero. Es el más utilizado en los estudios de factibilidad de medicamentos. También podemos encontrar el triple ciego, donde no solo paciente y medico desconocen lo que se le ha administrado sino que además los estudios estadísticos no disciernen entre grupo real o grupo de riesgo hasta muy avanzada la experimentación y la formulación de scores definitivos. Su uso es casi nulo.

 

Ya verá usted más adelante como la ovnilogía tiene su “simple ciego” y como este, al igual que en la medicina, puede ocasionar deterioros en los objetivos de una investigación.

 

Fake News

 

Sabido es a estas alturas que las noticias falsas o comúnmente como se las llama Fake News pueden provocar estragos en una sociedad influyendo no solo en el ámbito de las creencias de un individuo o un grupo sino hasta pueden torcer una elección política o provocar tendencias violentas latentes. El mayor peligro de las fake news es la creación de un amplio círculo de desinformación capaz de atrapar hasta al más avezado de los consumidores de noticias.

 

Las fakes news existieron siempre aunque hoy su importancia es mayor debido a que han encontrado una autopista por donde moverse a su antojo como lo es la red Internet.

¿Sabían ustedes que una noticia falsa es compartida hasta 70 por ciento más veces que una notica real?. Intervienen aquí creencias individuales, de grupo y mucho componente psicológico y sociológico. Las noticias falsas se convierten rápidamente en “viral” mucho antes que una noticia real y con fuente comprobada.

 

Las fake news pueden ser perfectamente incluidas en lo que se llama pos verdad. Según la definición de pos verdad, esta es la distorsión deliberada de una realidad, que manipula creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pública y en actitudes sociales. Imagínese usted ante semejante definición los estragos que una fake news podría ocasionar en el ámbito de la ovnilogía.

 

La mejor manera de terminar con el movimiento fake news es hacer un uso responsable y seguro de la información que encuentras en Internet.

 

Objetividad

 

El concepto de objetividad es muy claro… se refiere a expresar la realidad tal cual es. La objetividad permite la presentación del conocimiento, los datos, los hallazgos, las conclusiones de manera neutral. Esto es lo que hace importante a la objetividad y lo que hace importante a su vez a la investigación científica que la considere.

 

La objetividad está desligada de los sentimientos y de la afinidad que una persona pueda tener con respecto a otro individuo, objeto o situación. La objetividad solo debe indicar aquello que es real y existente, es decir, que es imparcial.

 

Dentro de una investigación científica que se precie de tal, la falta de objetividad es considerada como el error más grave.

 

Sinergia

 

La sinergia se refiere a un fenómeno por el cual actúan en conjunto varios factores o influencias, observándose un efecto adicional mayor al que se obtiene por la suma directa de los efectos individuales.

 

En estas situaciones, se crea un efecto extra debido a la acción conjunta o solapada, que ninguno de los sistemas hubiera podido generar en caso de accionar aisladamente.

 

Generalmente, las consecuencias positivas de una sinergia se refieren a un determinado observador y a su particular punto de vista, sin que este último sea bien precisado. Desde un punto de vista opuesto, las consecuencias de esa sinergia podrían considerarse como negativas. Relacionemos aquí como parte también de un ejercicio mental que practicáramos en párrafos anteriores como el efecto conjunto de creencias, placebo y fake news aplica negativamente en la investigación científica objetiva. Este será nuestro desarrollo, el vínculo sinérgico negativo que tanto daño está provocando en la ovnilogía… y esto no es lo peor de la situación, sino que lo más grave es que muchos son conscientes de ello, pero poseen intereses opuestos a la investigación científica del fenómeno.

 

El vínculo CREENCIA – EFECTO PLACEBO – FAKE NEWS

 

Desde que Kenneth Arnold afirmó haber sido testigo de un avistamiento de nueve “flyng sources” allá por el año 1947 la ovnilogía no ha dejado de crecer en cuanto a adeptos, creyentes, fanáticos, detractores, negadores y por supuesto, investigadores.

 

Distintas hipótesis para un mismo objeto de estudio: hipótesis intraterrenas, extraterrestres, interdimensionales, viajes en el tiempo, etc. Sea cual sea la hipótesis a manejar, el único requisito es que la investigación se mantenga objetiva, es decir, como lo definiéramos más arriba, que sea el fiel reflejo de la realidad.

 

Sin ir más lejos el mismísimo Kenneth Arnold, a quien quizá podríamos considerar el primer investigador civil de la historia (recordemos que se embarcó en una investigación de un objeto caído en la Isla de Maury tiempo después de su avistaje) fue objetivo al abandonar la investigación de la misma, verificando que todo era un fraude y cualquier intento de plantear una hipótesis hubiera carecido de objetividad alguna. La investigación en ovnilogía había tenido un muy buen primer intento. El problema vino entonces después.

 

Los años posteriores a 1947 estuvieron marcados por un aluvión de denuncias de casos ovnis. Materiales y aparatos caídos, avistajes de luces, objetos extraños en el cielo, encuentros con supuestos alienígenas que tripulaban esos aparatos, etc. Y en medio de todo ello, una actitud de “creencia” se fue haciendo cada vez más presente entre adeptos y fanáticos.

 

Ya hemos analizado el efecto que una creencia o el creer puede provocar en una investigación: cercenarle de cuajo la objetividad. Y el problema estuvo allí desde un comienzo, porque esos adeptos y fanáticos fueron los que posteriormente se autodenominaron investigadores y así, la investigación ovni nació contaminada. Es verdad que también había investigadores como el Dr. J. Allen Hynek, pero sabemos que estos resultaban también menos interesantes para el público masivo, siendo sus investigaciones de consulta en un muy reducido núcleo de investigadores científicos y no así en la gran masa de supuestos investigadores “creyentes”. Aún hoy en día muchos de los autodenominados investigadores en ovnilogía desconocen el trabajo de Hynek, su método y sus conclusiones e hipótesis. La creencia también produce ceguera y no acepta hipótesis alternativas.

 

Esa creencia tiene también una arista negativa más: la necesidad de los creyentes que el resto de los mortales también crean en lo mismo que creen ellos. No estamos afirmando que creer sea malo, de hecho es parte de la naturaleza humana, pero sí estamos diciendo que en un ámbito científico es el peor camino que uno puede tomar.

 

Esa necesidad de contagiar la creencia a terceros ha llevado a muchos de ellos a tergiversar datos, eventos y testimonios en pos de acercar adeptos a distintas teorías carentes de realidad y fruto de volados pensamientos y sueños. Alguna vez, un conocido ovnílogo de nuestro país nos comentó que otro par, también muy conocido, le planteó la idea de realizar con harina unas marcas de pies descalzos sobre el piso para simular pisadas “alienígenas”… hasta ese punto puede actuar negativamente una creencia.

 

La creencia además puede no solo provocar el tergiversar los hechos para tratar de convencer a un tercero sino que es factible que esta provoque la alteración de datos más duros como pueden ser cuestiones numéricas en pos de volcar un evento claramente negativo a positivo y real. La creencia y la necesidad de convencimiento son capaces de cualquier deterioro o falsificación de pruebas en pos de lograr su objetivo. El fenómeno necesita de una investigación seria, dedicada y obviamente objetiva, en pos de señalar la realidad del mismo. Caso contrario, un caso falseado termina por contaminar a todos los casos.

 

Existen aquí dos cuestiones o dos posibilidades: que el investigador “creyente” lo haga en forma consciente o en forma inconsciente. Obviamente la psiquis humana es un mundo aparte tan misterioso como el fenómeno ovni en sí, razón por la cual no vamos a desarrollar conceptos de psicología del creyente y su manifestación inconsciente, pero sí, podemos afirmar que en el caso de quien altera o falsea datos y testimonios en forma consciente en realidad está persiguiendo otro fin.

 

Podríamos justificar hasta a un fanático de los Uaps que a todo el mundo quiere convencer… ¿pero cómo justificamos a quien conscientemente busca convencer a un tercero alterando datos? Muy sencillo, porque poseen un objetivo distinto al de alcanzar la verdad. Objetivos que tienen que ver con lo económico, la fama y el reconocimiento que posteriormente claro, se transforma en algún tipo de rédito económico nuevamente.

 

Todos sabemos cuáles son los investigadores que se presentan como tales y presentan casos contaminados de creencias. La pregunta que deberíamos hacernos es: ¿Porque los seguimos? ¿Por qué los leemos?. Esa es otra cuestión psicológica que tampoco vamos a tratar aquí. Quizá la pregunta deba ser respondida por cada uno de nosotros en la intimidad más sincera.

 

Y como si esto de la creencia no fuera suficiente contaminante para la investigación científica del fenómeno tenemos a los comunicadores o divulgadores que ejercen sobre sus seguidores un efecto que nosotros denominamos placebo.

 

Algunos párrafos atrás señalábamos que el efecto placebo era el efecto que la mente producía sobre el cuerpo a partir de la creencia que estaba siendo administrado con un medicamento real. A su vez decíamos que teníamos diferentes organizaciones de estudios clínicos que contenían placebo y que el simple ciego era el menos utilizado. Es así, porque si el médico sabe que está dando un placebo a su paciente puede influir de manera consciente o inconsciente para obtener un resultado especifico. Supongamos que ese médico tenga un interés real en que determinado producto salga al mercado, este podría intervenir de manera de transmitir de alguna manera al paciente que lo que está tomando no es el medicamento y no le producirá efecto alguno. De esta manera ensancharía la brecha entre placebo y resultado real y cumpliría el objetivo buscado.

 

De igual manera los divulgadores se han transformado en administradores de placebo a sus seguidores. Son conscientes de divulgar noticias con fuentes dudosas, testimonios incompletos y falseados en pos de crear contenido que resulte más atractivo a sus seguidores o lectores. Obviamente entendemos que un contenido real que plantee un caso como falso será mucho menos rendidor en cuestiones de rating o visualizaciones que un caso presentado con rimbombantes titulares acerca de un encuentro cercano.

Lo que estos divulgadores están haciendo es presentar un caso o una teoría o hipótesis con el método del placebo simple ciego, sabiendo perfectamente que están administrando datos que no son reales y que venden como tal a fin de alcanzar un objetivo, otra vez, por supuesto vinculado a lo económico.

 

Así es como la investigación científica seria y objetiva luchaba hasta hace no mucho contra las creencias y los efectos placebos… y como si fuera poco el desarrollo de internet trajo consigo otro nuevo virus: las fake news.

 

Las noticias falsas tienen también como el efecto placebo en la ovnilogía un objetivo distinto al objetivo de la investigación científica. En algunos casos intenta un rédito económico, como el supuesto obtenido a partir de la mayor visualización de un medio y otras veces solo persigue el objetivo de crear e implantar ciertos conceptos en un grupo de personas.

 

Sea como sea se ha plagado la red de videos falsos, fakes y editados. Un aluvión de falsedad creada en una computadora que atenta contra el buen discernimiento y la buena información de la investigación seria. Mucho se ha hablado de la utilización de parte de los gobiernos de las fakes news para implantar ideas falsas a nivel político. Mucho se ha comprobado incluso respecto a este tema.

 

Deberíamos ver también quienes están detrás de las fake news vinculadas al fenómeno ovni.

 

La presencia hoy masiva de fake news no hace otra cosa que retroalimentar la creencia de los que creen, crear creencia donde no la hay, dar más herramientas a los divulgadores corruptos y plantear un escenario donde se hace muy difícil el análisis de los casos debido precisamente a la gran cantidad de material falso. Será necesario entonces que nos transformemos en especialistas en video, fotografía y claro obviamente, buscadores de fuentes de información seria y responsable.

 

Esto es un gran círculo vicioso a donde la investigación científica no debe ingresar nunca. La contaminación con todos o algunos de estos “enemigos” transforma a la investigación seria y científica en algo carente de sentido y que obviamente no puede ser definida ya como científica simplemente porque su objetividad, es decir la posibilidad de mostrar lo real, ya ha sido devorada por el círculo cual agujero negro.

 

Si realmente a usted lector le interesa la investigación seria y científica tiene en sus manos el poder de no compartir en redes noticias fake, el poder de no visitar sitios de grandes mentirosos de la ovnilogía (aunque convengamos que a veces resulta hasta divertido hacerlo), investigar por su cuenta, chequear fuentes y evadir ese pensamiento cercano a la creencia. Así todos llegaremos juntos a develar algún día el verdadero rostro del fenómeno.

 

Ni creer por creer, ni negar por negar. Investiguemos, seriamente.